Acerca de

La maternidad está siendo para mí una experiencia transformadora, que tras ponerlo todo patas arriba, me ha permitido redescubrir tanto el mundo que me rodea, como a mí misma.

El nacimiento de un hijo es un momento especial y único, que, si estamos dispuestas a vivirlo con toda su intensidad, nos ofrece la posibilidad de entrar en contacto profundo con nuestras sombras, con nuestro yo escondido, pudiendo de esa manera sanar heridas abiertas que hasta ese momento permanecían ocultas. Yo opté por adentrarme en la oscuridad, por abrir esa puerta que abría ante mí. Y, aunque no siempre me gustó lo que encontré y en muchas ocasiones ha llegado a resultar muy doloroso, sin duda ha merecido la pena.

David me ha regalado la oportunidad de empezar de nuevo, de conocerme, de aceptarme, incluso de perdonarme. Me ha permitido entender un poquito más el significado de la vida, saber lo que me importa y lo que no, redefiniendo prioridades y valores.

Para bien o para mal, mi blog es pura realidad, sin tapujos, sin censuras, sin diplomacias…en el dejo claros mis sentimientos, mi posición, mis filias y mis fobias. El mantenerme fiel a mi misma y defender aquello en lo que creo no ha sido ni será un camino fácil, ya que resulta muy difícil afrontar las críticas cuando lo que se está exponiendo son sentimientos tan profundos. Pero, aunque no resulte fácil, mi experiencia como bloguera me está enseñando que estos obstáculos son los que me ayudan día a día a redefinirme y a posicionarme, cambiando lo que considero equivocado y reafirmandome en aquello que siento que es correcto.

Me considero una persona tolerante y respetuosa con las ideas ajenas, aunque sean diferentes a la mías, pero mi manera de entender la crianza me hace imposible empatizar con determinadas actitudes. Siempre he pensado que lo principal a la hora de criar a un niño es el amor incondicional y el respeto hacia sus necesidades, ritmos y sentimientos, lo que me imposibilita estar de acuerdo con métodos conductistas como el que proclama Estivill en su Duérmete niño y todo aquel que implique una falta de respeto y escucha hacia las necesidades de nuestros hijos.

Las puertas de mi blog, que considero mi casa, están abiertas para todo aquel que esté dispuesto a reflexionar, crecer y acompañarme en este maravilloso camino que es la maternidad consciente. Porque al fin y al cabo, lo que hace que la maternidad sea una experiencia única y maravillosa es que estemos dispuestos a crecer y aprender todo aquello que nuestros hijos pueden enseñarnos.

Porque sin duda, ellos son nuestros maestros, quienes, si estamos dispuestos a escuchar, nos desvelan los secretos que nos convertirán en los mejores padres que jamás pudieran imaginar.

Os invito a que entréis en este blog como entraráis en vuestra casa. Aunque sé que no soy la mejor de las anfitrionas, trataré de que lo sintáis un poquito vuestro y que encontréis en el un lugar confortable y cómodo desde el que compartir inquietudes, reflexiones y sentimientos.